La religión en el punto actual de la sociedad.
La religión, sus orígenes, los
interrogantes sobre el alma y el cuerpo,
la vida después de la muerte, etc., es un tema que desde niño me ha obsesionado
y llamado la atención.
Esta inquietud me ha hecho buscar
constantemente información, investigar, la lectura de libros, y todo tipo de
contenidos históricos sobre el tema, llegando a conclusiones racionales y
éticamente correctas, desde mi punto de vista.
El origen de la religión está en
la creencia primitiva, por incapacidad intelectual de muchas de nuestras
reflexiones, en el bien y el mal, en el Yin y el Yang, en la influencia de las reflexiones del persa
Zaratustra (zarazushtra, Zarathustra, Zoroastro), en la existencia de lo dual,
de lo femenino y masculino, del cuerpo y
el alma, del Big Bang, del Tao, del Dios
primogénito.
Si el bien se encarna en lo
divino, y por tanto en la existencia de un Dios, y por ende en la existencia de
todos nosotros, no puedo entender por qué las acciones humanas negativas, crueles, destructivas etc.,
pueden ser usadas como premio para el
jardín de las vírgenes, para el cielo
eterno, para la alabanza de Dios, etc…
Tras esta pequeña reflexión no
puedo creer en un Dios vengativo, justo para unos e injusto para otros, cruel y
verdugo o justo y bondadoso,.
No puedo aceptar la existencia de
un Dios que exija al ser humano, hombre o mujer, tener derechos diferentes, ser
diferente y tener una vida diferente, con roles humanos distintos, uso de una vestimenta
coercitiva según sexo y un rol social inferior por razón de nacimiento.
Si todos somos hijos del mismo padre
–Yavé, Jehova, Dios, Ala, Tao- todo padre
quiere lo mejor para sus hijos. Qué padre da o quita derechos a algunos de sus
hijos ya sea hombre o mujer, qué padre azota
a unos y bendice a otros, qué padre premia a sus hijos por inmolarse
contra sus hermanos………..
Si Dios es todo bondad, como
pueden sus hijos, en nombre de él negar derechos a sus hermanos, por razón de
sexo.
No entiendo una religión que prohíba,
permita o exija, a los miembros de
su ekklesia, independientemente de su
origen lugar, color o sexo, creencia o manifestación
religiosa, conductas diferentes a seguir,
imponer vestimenta diferente, independiente a su cultura etc, por cuestión de
sexo. Más aun, cuando la mujer es la dadora de vida, ella tiene el derecho natural a engendrar, formar y dar vida a un
nuevo ser humano. Cómo entonces, se le relega a una posición inferior.
Será la malformación del Yang la
que aberra contra el Yin, sin recabar
que sin ella no existe ni puede existir
él, o es la acción pródiga de un Yang ciego y egoísta que no ve en su otra parte, de su misma dualidad la necesaria
e inequívoca igualdad para una
existencia en equilibrio, integra y dual.
Carlos Marx dijo la religión es el opio de la sociedad, y
sus palabras se siguen cumpliendo por la
acción humana desvirtuada.
La religión debe ser la
manifestación de la conciencia y bondad social, de la búsqueda de lo dual y complementario
y no la prohibición, diferenciación y manifestación de las desigualdades sociales,
por cuestión de sexo.
Sin el cuerpo no existe el alma,
sin el Yin no existe el Yang, sin el bien no existe el mal y viceversa, por
tanto ambos se necesitan y se complementan, de ahí la necesaria igualdad para
que el mal, el cuerpo y el Yang no desaparezcan en lo inexistente y, por tanto en
el propio fin de sus existencias
individuales, en la oscuridad, en el
origen del todo, en la nada nuevamente.
Sin ellos no habría existencia,
pero sin su dualidad tampoco existiría el orden, el bien y por ende la propia
existencia de nosotros mismos: hombre y mujer
(lo femenino/masculino), Yin y Yang. De donde se deduce que tampoco el Tao, el
origen de todo y por lo tanto el origen de nuestro Dios, del que somos parte,
en igualdad, por ser parte de un todo
dual y único.