LAS LLAMADAS Y AVISOS DE NUESTRA MADRE TIERRA.

Una de mis pasiones es el deporte en bicicleta y piragua,  con lo que me permito recorrer espacios naturales, zonas preciosas y lugares encantadores.

Lugares en los que veo, como la mano humana, su acción los degrada día a día, por la falta de concienciación, respeto y cuidado del medio, por supuesto, por falta de educación y concienciación social, por las cosas que son de tod@s y en donde todos vivimos.

Incendios de la Amazonía, en Gran canarias, después de cambio de leyes de recalificación de suelo o intenciones de políticos, por crear más suelo agrícola o urbanizable.

Desde hace unos años veo difícil  no encontrar basura, bolsas, recipientes de plástico, en lugares donde antes era imposible imaginar, allá en mi niñez.

 También veo, cada vez más, bolsas y objetos flotando en mis viajes de Barcelona a Roma en barco, en medio del Mediterráneo.
 En excursiones  en kayak por la costa de Cabo de Gata,  por las costas del Algarve Portugués, o en el poniente Almeriense,   me he encontrado todo tipo de basuras flotando, o en el fondo de esos parajes naturales.

Si hablamos de las carreteras, cuando salgo en mi MB ,creo que no hay una sola carretera  que su arcén se escape con un metro  sin botellas, latas y todo tipo de material, difícilmente degradable en decenas de años.

Todo unido a la contaminación del aire de las ciudades, Madrid, Barcelona, pero también Bailén, u otras ciudades con polígonos industriales, está provocando, cambios en el equilibrio atmosférico  que desencadena tormentas con granizos de varios centímetros de diámetro, como los que muestro en mi mano en la foto, lluvias torrenciales, como la DANA ´de primeros de septiembre, en el levante y sur de España,  o escasez de lluvias en temporada de ellas, subida de temperaturas, veranos interminables, huracanes de fuerza 5, como el Dorian, sobre el sureste de los EE.UU. que mala pata que no se situara encima de la Casa Blanca, después de arrasar  Bahamas. Agosto septiembre del 2019.

Sin embargo los dirigentes mundiales miran para otro lado, sin ver hacia donde nos lleva nuestra actitud, y como la naturaleza nos avisa, cada vez más con voz más alta, pero seguimos haciendo caso omiso a sus llamadas y voces.

¿Qué herencia le dejaremos a nuestros hijos y nietos, con escasez de agua, lluvias torrenciales  olas de calor interminables y asfixiantes  veranos?